My tears are like the quiet drift of petals from some magic rose and all my grief flows from the rift of unremembered skies and snows. I think that if I touched the earth, it would crumble; It is so sad and beautiful, so tremulously like a dream ....(Dylan Thomas)

Wednesday, November 22, 2006

PROLEGÓMENOS PARA UN TRATADO DEL JAiku




I. ASPECTOS PRELIMINARES

Se dice que la voz “Haiku” fue acuñada por el célebre inmigrante Tukulito Sakayama (famoso por estas latitudes) quien, al volver a casa tras un periplo de varios meses, saludó a su adorada esposa Misuda Elkonyo diciéndole:

- Elki (así le llamaba en la intimidad del hogar) , ay, Elki, ¡¡ ay, cuánto tiempo sin verte!!

Fue tal su alegría que nuestro poeta sintió el repentino vaho de la inspiración y escribió:

Ay cuánto tiempo
sin verte mi querida
Elki enesése?

Con el tiempo, el “ay-cuánto-etc” se abrevió como "aycu" y posteriormente, para darle un formato más marketinesco acorde con el origen oriental del poeta, terminó escribiéndose “Haiku”. No faltó el imperialista que vio en aquello la oportunidad de introducir la gringuez al término, incorporando la pronunciación “Jaiku”, lo que en la actualidad es aceptado por diversos entendidos.

Tukulito se hizo aficionado a esta forma de expresión. Comprobó que el esquema métrico 5 / 7 / 5 se acomodaba perfectamente a sus constantes carrasperas (fumaba 40 Camel diarios). A los pocos meses, fue informado desde Japón de la muerte de su padre. Apesadumbrado por la noticia, escribió este hoy famoso JAiku:

Padre lejano,
¿no pudiste avisar?
Zaz! – harakiri

Lo demás ha sido bastante tratado. Los estudiosos de este singular subgénero han logrado clasificar los JAiku según su temática.


1. JAiku clásico – contemplativo

Es conocido -y ha sido suficientemente documentado por el cine- el gusto japonés por la fotografía:

Tengo una Nikon
mejor que tu Minolta
Gran Angular

(Anónimo)

Este tipo de JAiku se caracteriza precisamente por ser eso: una instantánea del paisaje o de la naturaleza, pero a la vez encierra una profunda meditación acerca del sentido de la vida. Tomemos por ejemplo esta hermosa composición del poeta Kiero MiYamaha:

el gusanito
comió un grano de arroz
tiene diarrea

O este otro, del mismo autor, extraordinariamente profundo y filosófico, donde además se aprecia la recurrente temática de las estaciones del año:

Es primavera
el invierno pasó
vendrá el verano


2. JAiku sobre la nostalgia de la patria lejana

Muchos de los autores que comenzaron a escribir JAiku eran, cómo no, japoneses esparcidos por distintos lugares del mundo. La nostalgia de la tierra natal es, entonces, un tema que se presenta con una fuerza tremenda en varios JAiyines (compositores de JAiku). Como esta inmortal pieza en la que se puede palpar toda la carga de frustración del poeta ante la lejanía de las tradiciones ancestrales:

Hace unos días
fuimos a comer sushi
Sabía a mierda

(Kiasko Kesiento)


3. Meta JAiku, o JAiku sobre el arte de escribir JAiku:

En la línea de los más vanguardistas, la corriente actual se inclina por este lado. Veamos estos dos de la joven promesa Kimono Kagao:

contando sílabas
sumo resto divido
ya tengo un JAiku

(Se puede apreciar el apego del JAiyín a los cánones clásicos. Se dice que Kimono tardó años en componerlo).

es horroroso
el estúpido JAiku
me tiene chato

(El poeta reniega del oficio una y otra vez, seguramente luego de leer a los “malditos”. Ciertos investigadores suponen un influjo Nietzscheano en este JAiku. El autor lo niega).


4. La Muerte.

El misterio de la desaparición supone un embrujo para un gran número de poetas. Los JAiyines recogen esta temática con su acostumbrada sensibilidad; como en el siguiente, en que se trata la fugacidad del momento de la partida:

cruzó la calle
lo reventó una micro
paró la chala

(Anónimo)


5. Ahhh, el amor: los JAiku amorosos.

El conocido JAiyín Yamimoto Nofunka, es el principal exponente de esta corriente temática. Su obra más célebre, “Amor en cincuenta y ocho” ha sido premiada con la Katana de oro. Aquí puede verse la evolución de una simple historia de amor, siempre bajo una óptica agudamente crítica que busca ahondar en los aspectos más oscuros de nuestros sentimientos, llevando al lector a reflexionar y vislumbrar respuestas para las ancestrales dudas acerca del origen mismo de la existencia humana.

XI
¿Es pequeñito?
Lo sé, pero igual cumple

con su función

El el JAiku anterior, Yamimoto se hace cargo de ciertos mitos que circulan acerca de los varones orientales. Sin embargo, no es ese el único problema que aqueja al atribulado amante, como se puede observar en lo sucesivo.

XX
sé que comprendes

no puedo controlarlo
te miro y… ya.

La emoción del JAiyín comienza lentamente a transformarse en decepción. Se incuba un triste final.

XXXVI
aún no entiendo

por qué me has puesto cuernos
mala mujer

Finalmente, viene el ocaso del otrora idílico romance, rematando con el JAiku final, lleno de decepción y una estremecedora visión cosmológica del amor.

LVIII
a qué viniste
maldita sifilítica
ya no te quiero



II. TEORÍA Y PRÁCTICA DEL JAiku

Mucho se ha escrito acerca del JAiku. Este particular arte del responde a ciertos fundamentos teóricos recogidos por innumerables estudiosos, no sólo del mundo nipón, sino también muchos occidentales de renombre. Pensemos en los franceses Zidanne y Trezeget, o los alemanes Klinsmann y Klöse. Precisamente de estos últimos autores (K und K, según se les llama en el ámbito intelectual europeo) es la célebre obra “Das JAiku: Theorie und Praxis”, en la que se resumen los aspectos fundamentales a tener en cuenta para incursionar en este género.


1. Aprender a contar.


Es fundamental para el JAiyín conocer los números hasta 17. K und K dedican amplias 45 páginas a los fundamentos del contar, con reglas nemotécnicas especiales para iniciarse en la dura tarea de contar sin olvidar los números. Además se incluye un apartado para que el aprendiz de JAiyín logre familiarizarse con los números 5 y 7 (recuérdese que la métrica, única e inflexible, exige el esquema 5 / 7 / 5).

Abundan los ejemplos del tipo:

“Si tengo cinco manzanas esdrújulas, entonces, ¿Cuántas manzanas tengo?”

(el lector aplicado sabrá de inmediato que la respuesta es 4).

Finalmente, a modo de ejemplo, K und K plantean el siguiente JAiku, muy usado en los talleres y academias de todo el mundo por su claridad conceptual y notable capacidad didáctica:

Ich schreibe fünf
Drei verse hat das JAiku

und siebzehn silben

(Escribo cinco / Tres versos tiene el JAiku / y diecisiete sílabas)


2. La respiración

Como se dijo anteriormente, la métrica creada por el maestro Tukulito Sakayama responde a un particular estado que se relaciona con el consumo de tabaco. K und K propugnan la declamación sin encabalgamientos. Para ayudar a un trabajo correcto, recomiendan fumar previamente unas dos o tres cajetillas de alguna marca rica en alquitrán. De dicho modo, la estructura correcta será:

Verso 1: Me falta el aire (al terminar este verso, como es obvio, se debe inspirar lo más profundamente posible)
Verso 2: fumé tres cajetillas (otra bocanada, esta vez más profunda)
Verso 3: mejor termino. (Generalmente en los JAiyines más avezados, este verso final se acompaña de tos o carrasperas)

Para casos muy difíciles, K und K proponen ejercitar la declamación en alturas superiores a 3.000 msnmm, o simplemente (en casos extremos) recurrir a la traqueotomía.


3. Estructura del JAiku

Ya se ha visto que el JAiku puede abordar distintas temáticas, que fueron precedentemente mencionadas. Cabe señalar, además, que la estructura formal del JAiku en cuanto a su contenido, requiere de una enorme capacidad sintética y ajustarse a normas tanto o más rígidas que las relativas a la métrica. Veamos por ejemplo:

de tanta espera
acabó parapléjico
pobre gatito


(Mawashi Yieri)

En tan breves líneas, el autor incorpora, sin que se perciba, la aplicación de dichas reglas. Esto es:

- Nunca rimar: Se prohibe el uso de estos sonidos, que pueden adornar innecesariamente el poema.
- No usar recursos u ornamentos ajenos al discurso. Sin metáfora, ni hipérbaton ni anáforas, etc. Y ojalá sin palabras.
- Debe encerrar una reflexión. Como esta famosa pieza del mismo Kiero Miyamaha (citado con anterioridad), donde se puede percibir el asombro del autor al descubrir una enorme y estremecedora verdad:

Dos por un lado
y dos más por el otro:

Cuatro en total.

El contexto en que fue escrito el anterior JAiku se desconoce, aunque algunos investigadores especulan que ante el espectáculo de un crepúsculo anaranjado junto a un árbol abandonado, Kiero vio posarse dos pajarillos en una rama y dos en la rama opuesta del mismo árbol. El lector con la suficiente capacidad analítica podrá reconocer, evidentemente, que el segundo verso posee una carga descriptiva pocas veces vista, y casi se puede sentir el olor de las deposiciones que tan frágiles avecillas dejaron caer graciosamente al suelo. Es una imagen gloriosa.

Si el lector no lo logra comprender, quiere decir que no entiende un carajo de esta milenaria forma de expresión.

5 Comments:

At 4:50 PM, Blogger alejandrapiam said...

ja
ja
ja

 
At 6:54 PM, Blogger Unknown said...

jijijiji Este me encantaaaaaaaa

 
At 1:21 PM, Anonymous Anonymous said...

Ja ja ja ja ja
ja je ji jo ju ji ji
je je je je je

Con todos estos datos y prolijas explicaciones, seguro que vas a incitar nuevas vocaciones en el difícil arte del Jaiku.

 
At 6:28 AM, Blogger nat said...

Después de leer, a hacer haiku.
Felicitaciones por tu blog, Alejandro.

 
At 7:43 AM, Anonymous Anonymous said...

Deja terminar de reirme para poder escribir ... qué buenas ironías (desde las más directas hasta algunas un poco más escondidas por ahí), magistral trabajo, años de investigación, de seguro.

 

Post a Comment

<< Home